A las empresas les ha ido bastante bien durante otro año precario, emergiendo más resistentes y mostrando mayores niveles de madurez digital. Sin embargo, el próximo ciclo de crecimiento exigirá a los líderes mundiales una mayor determinación en cuanto a su capacidad de innovación si desean que sus empresas sigan avanzando.

Se ha dicho que quien sobrevive a una crisis se hace más fuerte. Esto se aplica ciertamente a los

desafíos que las empresas han enfrentado durante la pandemia. En los últimos dos años, los líderes empresariales están aprovechando al máximo las nuevas oportunidades que se presentan en los puntos de disrupción y cambio. Hemos sido testigos de una reducción de diez veces el tiempo de comercialización de las vacunas, la rápida adopción de las tecnologías digitales para optimizar la forma como trabajamos, compramos, colaboramos y socializamos, junto con una transición acelerada hacia los objetivos de emisiones cero. Con los mercados aún en proceso de cambio, el 83 % de los líderes empresariales que encuestamos están de acuerdo en que una innovación más rápida y eficaz es fundamental para el crecimiento futuro.

Sin embargo, los líderes necesitarán más estrategias permanentes de creación de valor, que se ajusten a los nuevos imperativos del mercado y a los cambios en el comportamiento de los consumidores, a medida que el estado de agitación de la pandemia en las empresas cambia hacia la normalidad.

Mientras que el 69 % de los líderes están de acuerdo en que la disrupción del mercado les  motivó a innovar, sólo el 55 % tiene presupuestos reservados para actividades innovadoras en el 2022.

La velocidad, el alcance y las tasas de éxito de la innovación también siguen siendo desiguales entre los distintos sectores. Casi dos tercios de los encuestados se consideran más innovadores en comparación con otras organizaciones de su sector, lo cual es admirable. Sin embargo, los índices de confianza varían según la industria y el cargo. En general, los CEO son más optimistas sobre la capacidad de innovación de sus propias empresas, en comparación con otros ejecutivos de primer nivel.

En general, casi el 60 % de los líderes se sienten más seguros de su capacidad para innovar en comparación con los encuestados antes de la pandemia; “Lo que sorprendió a muchos líderes empresariales durante la pandemia fue la capacidad de su organización para innovar, bajo presión y coerción”, afirma David Sales, Jefe de Formación del Centro de Innovación de St. John, Cambridge. “[…] casi todas las organizaciones han tenido que innovar de alguna manera, sólo para sobrevivir. Puede que no hayan lanzado nuevos productos y servicios, pero han tenido que innovar en la forma de trabajar, aunque sea algo tan sencillo como que la gente tuvo que trabajar desde casa en lugar de hacerlo desde la oficina. Eso fue muy innovador para ellos.”

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